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Manual de Manejo de Serpientes Venenosas. Primera Parte.
Bajo ninguna circunstancia se recomienda la tenencia de NINGUNA especie de serpiente venenosa a NADIE.
Nota: Este texto no pretende otra cosa que servir de orientación para aquellos aficionados interesados en mantener serpientes venenosas. Es una opinión personal y no puede ser considerada una receta universal, es más bien el resultado de la observación y experiencia propias.
Comencemos respondiendo algunas preguntas básicas.
¿Por qué mantener una (o varias) serpientes venenosas?
Esta es una de las preguntas que debemos respondernos con mayor claridad antes de intentar hacerlo. La respuesta debe ser honesta y corresponder a lo que pensamos. Existen varias respuestas, algunas de ellas con menor validez que otras:
1. Porque provocan en nosotros una abrumadora fascinación que nos impulsa a devorar todo lo relacionado con ellas: libros, revistas, artículos, documentales, foros, cursos, etc. etc., lo cual nos ha llevado a la necesidad incontrolable de poseer una, además de compartir nuestra afición con otras personas.
2. Por un interés meramente comercial (para venderlas o para poder mostrarlas en público y obtener un beneficio económico).
3. Porque es “padre”, la gente me va a admirar por “mi valentía”.
Obviamente, esta última es un pase casi seguro a una sala de urgencias médicas y suficiente en si misma para desaconsejar la posesión. En las dos primeras, habrá que considerar otros aspectos. Las serpientes venenosas representan un riesgo real de lesiones graves e incluso mortales, no solo para quien las mantiene, sino para quienes comparten nuestro hogar y su cercanía: familia, mascotas y vecinos.
La segunda es una respuesta engañosa, la mayoría de las ocasiones sirve solo como un pretexto para velar la verdadera razón, más cercana al lucimiento personal y en busca de una admiración vana de aquellos fácilmente impresionables. Esto es evidente en la misma falta de argumentos y conocimientos de quienes los practican.
La Primera respuesta debería ser la única que nos motive a emprender tal actividad, pues si no se experimenta ese tipo de fascinación, es casi seguro que la experiencia resultará mal: un accidente por mordedura o la misma muerte del animal debido a la negligencia en su trato.
¿Qué tan arriesgado es mantener una Serpiente Venenosa?
Debemos reconocer que una serpiente venenosa es siempre peligrosa, y aún cuando se trate de una especie “dócil” o de un ejemplar pequeño lo sigue siendo. Pero ¿qué estamos poniendo en juego?: lo principal es la salud y el bienestar físico a largo plazo. Un “accidente” en cautiverio puede, cuando menos, atrofiar nuestra capacidad motriz a veces de manera permanente y llevarnos incluso a la pérdida de algún dedo, la mano o el brazo completo.
También arriesgamos nuestro bienestar económico, pues un accidente siempre lleva un costo monetario alto, baste recordar el precio de los Faboterápicos* utilizados para tratar mordeduras de serpientes mexicanas, alrededor de $ 3000.00 pesos por vial, siendo 5 viales el tratamiento mínimo recomendado por el laboratorio que los fabrica. Conozco de cerca un caso en el que al “accidentado” le administraron 45 viales (45 X $ 3000.00 pesos = $ 135’000.00 pesos ¡SOLO DE FABOTERÁPICOS!).
En otro “accidente” la cuenta hospitalaria pasó de los $ 65’000.00 pesos. A esto hay que añadir el tiempo que nos llevará recuperarnos y volver a la vida productiva. Otro riesgo es el que el “accidentado” sea un tercero, algún familiar por ejemplo. Ahí además del costo del tratamiento habrá que afrontar la factura por la culpa que deberemos cargar a partir de entonces.
¿Es legal mantener una serpiente venenosa?
En éste momento en México no hay un reglamento que prohíba la posesión de serpientes venenosas por parte de algún particular, pero hay rumores de que pronto la habrá. Solo debe comprobarse la procedencia legal del ejemplar, mediante una Factura o Nota de Remisión debidamente requisitada (CITES, Autorización, Pedimento, Aprovechamiento, Foliada, Membretada, Tipo de Marcaje, etc.). En Estados Unidos, cada estado tiene una legislación particular y es cada vez más común que esté prohibido el mantenerlas. Esto es y ha sido responsabilidad exclusiva de los aficionados, pues cada accidente es una invitación a la prohibición.
Otro aspecto está en el origen de los animales cautivos. Tristemente la inmensa mayoría han sido capturados ilegalmente en su medio ambiente natural. Existen algunos pocos ejemplares de especies exóticas que llegan ocasionalmente al mercado y menos ejemplares aún de especies mexicanas criadas en cautiverio y que sean comercializados legalmente. Mientras más ejemplares ilegales mantengamos, más nos estaremos alejando del mercado formal, responsable, variado y accesible que todos deseamos.
Como hemos visto el asunto es, cuando menos, complejo. Corresponde a cada quien evaluar sus propias condiciones y luego de haber razonado el asunto, decidir si realmente es nuestro interés seguir adelante en la consecución de ese objetivo. |
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